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Publicado el 7 de enero de 2010
Traducciones disponibles en: français (original) . English .

La Carta de Responsabilidades de los jóvenes para el medio ambiente - Chile

Temas fuertes asociados: Cultura de responsabilidad .
Temas generales asociados: Cambio climático . Niños . Medio ambiente . Escuelas . Desarrollo sustentable . Jóvenes .

La Carta de Responsabilidades de los Niños y Niñas de Chile Frente al Medio Ambiente y el Cambio Climático ya está finalizada, redactada con los registros de la Conferencia Nacional Infanto Juvenil de Chile, Cuidemos Chile, realizada en Santiago de Chile el 16 de diciembre pasado, hacia Confint Internacional Brasilia 2010.

Para un Informe detallado de todo el proceso de CONFINT Chile hacia CONFINT Internacional Brasilia 2010, ver nuestro blog.

por Ricardo Jiménez, Comisión Organizadora Nacional – CON

Carta

CARTA DE RESPONSABILIDADES DE LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CHILE
FRENTE AL MEDIO AMBIENTE Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Nosotros, niños y niñas de Chile, entre los doce y quince años de edad, representantes de las diversas regiones del país, quienes hemos realizado la Conferencia Infanto Juvenil Chile: Responsabilidades frente al cambio climático viviendo la responsabilidad ambiental en la escuela.

Después de haber debatido sobre el medio ambiente y el cambio climático en nuestras escuelas por todo el país, y de haber elegido una responsabilidad, una acción y un representante.

Junto a los adultos que nos acompañan: profesores y profesoras; amigos y amigas de la Comisión Nacional del Medio Ambiente – CONAMA del Gobierno de Chile; y amigos y amigas de la sociedad civil.

Nos encontramos en Santiago de Chile, la ciudad capital, para intercambiar y debatir, bajo el lema: “Vamos a cuidar Chile”. Y hacer llegar a todos los niños y adultos de Chile y el mundo, nuestros sentimientos, ideas y palabras.

NUESTRA PRIMERA RESPONSABILIDAD ES HACERNOS NOSOTROS MISMOS RESPONSABLES Y HACER QUE LOS ADULTOS SE HAGAN TAMBIÉN RESPONSABLES

De la interacción con el mundo nace la responsabilidad. Todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene consecuencias y costos. Por ejemplo, reduciendo el consumo de bolsas plásticas, reducimos la producción de bolsas plásticas que son hechas con petróleo, por lo que reducimos la dependencia del petróleo, y ayudamos a reducir las guerras que se hacen por el petróleo.

Todos y todas somos responsables. Pero los que tienen más poder y autoridad para decidir las cosas, son más responsables. Olvidar la propia responsabilidad es ser irresponsable. Los adultos tienen más poder y más responsabilidad que nosotros los niños.

Los adultos nos muestran un planeta maltratado, enfermo, con fiebre. Cuando nosotros tenemos uno o dos grados de temperatura más de lo normal, sentimos grandes malestares, nuestras familias se preocupan y nos cuidan. Sin embargo, el planeta tiene fiebre y sufre malestares y agresiones, y no ha sido posible hasta ahora hacer que los adultos puedan cuidarlo.

A pesar de ello, los adultos consideran que los niños no somos responsables, incluso que no entendemos las cosas. Esto es injusto para nosotros porque se nos niega la posibilidad de hacer algo importante. E injusto para el medio ambiente porque nos niegan nuestro turno de hacer las cosas de otro modo. Los niños sabemos ser responsables cuando los temas nos interesan y nos dan la oportunidad.

A veces los adultos creen que no se puede. Nosotros sabemos que cuando se tienen ganas de verdad, siempre se puede realizar lo que uno quiere. Así, nos valoramos, nos sentimos importantes porque hacemos algo importante, por Chile y por todo el planeta. Nosotros somos más libres porque tenemos la libertad de decir lo que pensamos.

Muchas veces somos nosotros los que trasmitimos las nuevas ideas, las nuevas visiones, a nuestras casas y familias, los que enseñamos. Los adultos deben aprender a escucharnos, igual como deben aprender a escuchar al medio ambiente.

Por eso, asumimos la responsabilidad de ser responsables, y les exigimos a los adultos que sean responsables.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE CAMBIAR DE MENTALIDAD PARA VER MÁS

El cuidado del medio ambiente exige un cambio de mentalidad, otro modo de pensar, mirar y hacer las cosas. No sólo de decir. Por ejemplo, en la comuna de Graneros, en el centro de Chile, su lema es “Cuna de tradición y cultura”. Nosotros, ahora decimos: “Cuna de tradición y cultura del ambiente”.

Cambiar la mentalidad nos hace más libres porque vemos más. Antes cuando mirábamos un árbol sólo veíamos eso, si mirábamos una abeja sólo veíamos un simple insecto. Ahora, al mirar una planta, vemos su función, vemos todo un aporte que forma parte de la cadena de la vida de la que nosotros también somos parte.

Nuestra responsabilidad es saber ver cada vez más y hacer que nos escuchen los adultos para que ellos también vean más.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE HABLAR A QUIENES TIENEN MÁS PODER PARA QUE NOS ESCUCHEN Y VEAN MÁS

A los que gobiernan, para que el medio ambiente tenga derechos y sea defendido de los que por ignorancia y ambición lo dañan. Para que nos enseñen a ver más en las escuelas, para que ayuden a nuestros profesores a enseñarnos a ver más, en todos los niveles de la escuela.

A los dueños de las industrias para que busquen modos de no dañar el planeta en sus negocios. A los dueños de los medios de comunicación para que enseñen a ver más y no menos. Que el malgasto y mal uso de las cosas no es “crecimiento” ni “riqueza”, sino una agresión contra nosotros mismos, especialmente a nosotros los niños.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE HACER COMPRENDER

Mucha gente sigue creyendo que no es problema el cambio climático, que el cambio climático igual va a existir. Que el planeta es infinito y pueden sacar de él todo lo que quieran. Es nuestra responsabilidad hacerlos ver más para que podamos vivir todos.

Nos hacemos responsables de hacer comprender que los humanos estamos acelerado cada vez más el cambio climático desatando grandes peligros. Que el planeta acaba sus recursos y nosotros nos acabaremos con ellos. Por ejemplo, una gran parte de las abejas del mundo está desapareciendo, y con ellas una gran parte de nuestros alimentos, porque son las abejas las que llevan el polen de flores y plantas para reproducirlos.

Mucha gente toma conciencia del cambio climático únicamente porque afecta su consumo y su vida. Pero nosotros sabemos que no tenemos derecho a agredir al planeta, tomar lo que nos dé la gana. Debemos aprender a no malgastar y mal usar las cosas.

Luchar por el planeta es amor. La educación ambiental es amor. Amor al planeta, amor a los niños, amor a todas las personas. El ambiente está vivo, siente, tiene derechos, debe ser amado.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE BUSCAR EQUILIBRIOS Y ADAPTARNOS

A los excesos de calor y de frío, a las alergias que ahora vienen en otras épocas, a los cambios de productos agrícolas, y de las tradiciones de trabajo en el campo y las regiones. Los viñedos de uvas están cambiándose desde el norte al sur. Varía el color y sabor de la fruta. Los invernaderos se construyen antes o después de lo que se hacían siempre.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE UNA NUEVA CULTURA DEL AGUA

El mar chileno disminuye por evaporación excesiva cada año, aumenta su porcentaje de sal matando o haciendo emigrar a muchos peces como el Jurel. En la quebrada de Macul, cerca de Santiago, el agua es cada año visiblemente más escasa. En el sur de Chile, en la laguna del Laja no había nieve en agosto como siempre, sino en noviembre.

Más al sur, los glaciares de hielo que son la reserva de agua, están cada vez más lejos, se derriten, retroceden treinta metros por año. Así pasa en Balmaceda y Serrano en Magallanes, y en toda la Antártica. En Punta Arenas, la temperatura subió el doble en ocho años y alcanza treinta grados centígrados. Antes había mucha nieve, los niños de antes tenían la tradición de hacer muñecos con ella, concursos; hoy apenas nos cubre la suela de los zapatos.

Decimos nueva cultura del agua porque no basta con solo decir que hay que cuidar el agua. En la cadena de la vida donde todo está unido, se debe cuidar todo para cuidar el agua. Por ejemplo, un kilo de carne requiere quince mil litros de agua para producirse, que es como dejar una ducha de agua caliente abierta cuatro horas. Y Chile consume cada vez más carne. Por eso, asumimos la responsabilidad de hacer campañas para comer menos carne, aunque sea dos días a la semana.

Hacemos campañas para que toda la comunidad revise, detecte y termine con las filtraciones de agua en casas y escuelas.

Desarrollamos un sistema que por medio de desniveles aprovecha la fuerza de gravedad para reutilizar el agua ya ocupada en los lavamanos, ahora también en los inodoros. Y canaletas y estanques especiales que recogen el agua lluvia para reutilizarla en baños y en el riego de jardines, proponiendo que se incorporen en las viviendas y escuelas que se construyan en el futuro.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE NUEVAS ENERGÍAS NO CONTAMINANTES

En Chile, el cincuenta por ciento de energía se produce quemando petróleo o carbón, que liberan gases altamente contaminantes. Mientras se desaprovechan fuentes de energías no contaminantes. Por eso, realizamos campañas para instalar sistemas que almacenan la luz solar para generar luz nocturna, haciendo que “el sol nos ilumine de noche” como en Alto Hospicio en el norte de Chile. Y para que en todas las casas y escuelas se cambien los actuales focos de luz por otros de alta eficiencia y ahorro energético.

NOS HACEMOS RESPONSABLES DE LIMPIAR Y CONSERVAR EL AIRE Y EL SUELO

Plantando la planta del Quillay, que evita la erosión y enriquece el suelo, en la zona sur del Bío Bío. Plantando árboles por toda la comuna de Peñalolén en Santiago. Realizando una campaña para que no se quemen las hojas secas de los árboles ni la basura. Y para implementar en Graneros, al centro del país, las “tres R”: reutilizar, reducir y reciclar, entregando además los recursos obtenidos del reciclaje a instituciones de ayuda social, para combatir al mismo tiempo la desigualdad.

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