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Publicado em 19 de junho de 2006
Traduções disponíveis em: English . français .

Experiencia y diálogos sobre la Carta de las Responsabilidades Humanas: ética, responsabilidad y justicia

por Carlos LIBERONA
Temas fortes ligados: Governança, Direitos humanos, e responsabilidade .
Temas largos ligados: Ethics .

En los persistente esfuerzos por desarrollar una propuesta para humanizar el planeta y el país, el encuentro con la Carta de Responsabilidades Humanas, nos hizo visualizar efectivamente un NUEVO PILAR, PARA LA CONSTRUCCIÒN DE UN MUNDO SOLIDARIO. La Carta, junto a la Declaración de Derechos Humanos y la Carta de la Tierra, nos confirmaron la necesidad de trabajar por construir una Cultura de las Responsabilidades humanas.

Es necesario aclarar que iniciamos el establecimiento de apoyo para la difusión de la Carta y su siembra en la cotidianidad de nuestro país. Chile vive una transición política, de la dictadura militar a la democracia ; las experiencias de dolor vividas en cada rincón de nuestro país volvieron a millares de chilenas y chilenos reticentes, más desconfiados aún que en el pasado, dudosos de volver a construir esperanzas, hipercríticos ante toda propuesta de cara al futuro. Como la Carta es una propuesta ética de gran importancia, conversamos mucho la manera de difundirla y abrir un proceso que significara adhesión real. ¿Como? ¿con quienes? La incerteza suele ser un sabio componente para tomar cualquier iniciativa estratégica en nuestro país. Tras conversar y conversar, tomamos la decisión de encontrar un método que arraigara la carta en las conciencias heridas de nuestras sociedades , fueran éstas mestizas o indígenas, integradas o excluidas.

Fue natural, que escogiéramos el diálogo y la reflexión como una cuestión esencial de nuestro método, aplicado con mujeres, jóvenes, intelectuales, artistas, inmigrantes o indígenas. Por cierto, este diálogo recién comienza a madurar, a poco más de un año de su inicio.

A fines del 2003 terminamos la etapa de planificación estratégica que consistió en conversaciones con diversos sectores excluidos o incluidos. Fue en Coquimbo, pequeño puerto costero del norte, durante un pequeño taller con 23 personas donde establecimos una línea más clara de construcción. José Huanca , un lider Aymara - pueblo originario del Norte de Chile, de gran parte de Bolivia y del sur del Perú- después de escuchar sobre la carta, sus contenidos, su historia y a la pregunta ¿Qué es la Carta y como la promovemos ? señaló:
- " Esta carta es una buena semilla, pero las buenas semillas exigen cuidados. Tenemos que sembrar, sabiendo que florecerán dudas, preguntas y nuevas plantas, no podemos hacer de ella un monocultivo, una verdad única, ello nos traería desgracia".

Lo que aprendimos es evidente: cuidar los métodos de relación, de aproximación, tanto o más incluso que la finalidad. Constatamos que la actitud correcta es de prudencia y observación, de aprendizaje de las miradas distintas- que no las neguemos, y reflexionemos las dudas.
José Huanca nos recordó lo que pasó con los hermosos evangelios, bellísimas propuestas que en vez de abrir a los humanos los volvieron intolerantes, sectarios y agresivos. Nos recordó la historia del pueblo Aymarà y no necesitamos mayores explicaciones.
Alli, en Coquimbo confirmamos que la construcción de la Carta tiene varias reglas como escuchar y aprender a aprender, pues ella se enriquecerá solamente si logramos que diversas gentes, sectores o grupos se apoderen de ella, la piensen, la repiensen. Así es como se afirmó nuestro método. Luego siguieron los inmigrantes, los académicos, los artistas, las mujeres, los y las jóvenes, los trabajadores y las trabajadoras.

Desde el comienzo, supimos que era muy importante abrir el diálogo con los intelectuales con la conciencia de que la sociedad chilena sigue todavía sumida en la fragmentación y la desconfianza. Necesitábamos acercarnos a distintas sensibilidades del mundo académico e intelectual y lo hicimos. Nos aproximamos a intelectuales cristianos, del centro político, de la vieja izquierda así como las tendencias que emergen de la búsqueda de nuevas propuestas; conversamos también con intelectuales creyentes y no creyentes, con marxistas y antimarxistas. Por sobre las diferencias La Carta, sin embargo, despertó un consenso rápido. Además de los núcleos de académicos de la Universidad de Chile, de la Universidad Bolivariana, la Universidad La República, llegamos en el primer año a concitar el interés de más o menos al 70 % de la Universidades existentes en Chile. Espoz, Tapia, Lastra, Duhart, Medina y decenas de docentes universitarios nos entregaron su opinión sobre la carta, con el concepto de responsabilidad muy unido al de la ética.

Una pista de la interpretación del sentido que andábamos buscando la expresó el doctor Luis Weinstein (siquiatra, académico y poeta) en una ponencia sobre las Responsabilidades Humanas . Allí afirmó que "El derecho de otros se convierte en un deber de uno, en la medida en que existe la responsabilidad". Weinstein, continua: " Responsabilidad, ser responsable, responder de qué, en el sentido común actual se trata de ser autor de un acto y aceptar las consecuencias y las posibilidades de sanción que se derivan del mismo. Planteándose la perspectiva de un desarrollo, de una cultura, de una experiencia ahincada en los human LAo s, en el derecho básico a ser humano, la responsabilidad requerida desborda lo implicado en este o aquel acto, se asume la necesidad de transformar la globalización financiera y el pragmatismo individualista en la unidad y en la diversidad de humanidad en sintonía con el planeta y la vida, es ni más, ni menos LA RESPONSABILIDAD DE SER HOMO SAPIENS" ( Los párrafos están contenidos en la ponencia Responsabilidad por la Humanización, Julio del 2003).

Este es un texto que marca el inicio de la re-creación de la Carta en Chile.
Hasta ahora hemos publicados unos 20 textos distribuidos en cinco publicaciones. Cada uno de ellos manifiesta diversidad de matices, distintos focos de atención. Unos buscan en la modernidad el momento en que los y las humanas fuimos despojados de la responsabilidad en la historia, otros examinan en la historia de los pueblos profundos y originales que moran en Chile, otras lo hacen con la mirada femenina, o juvenil. Lo interesante de resaltar es que el proceso ha adquirido velocidad y profundidad y nos exige mayor estudio, mayores esfuerzos asociados a las reflexiones sobre la Etica, de manera intensa y natural.

De esa manera, diálogo a diálogo, la siembra se va haciendo profunda. Los y las jóvenes, okupas, artistas, ecologistas, feministas, jóvenes populares de Valparaíso, se apropian también de los principios de la Carta, ponen su nombre a un Parque de las Artes, declaran su voluntad de transformar Valparaíso en TERRITORIO de las RESPONSABILIDADES HUMANAS, se integran a la red que apoya la carta, buscan ligarse a la ALIANZA POR UN MUNDO RESPONSABLE Y SOLIDARIO, se integran a la propuesta de un nuevo Pacto Social y Ecológico y deciden colocar la carta y los acuerdos del pacto en la construcción de lo local, para dignificar la vida, trabajar por la paz, proponer un paradigma de encuentro en que reine la participación y coloque el desarrollo humano como centro, que respete la autonomía social con el fin de avanzar en nuevos pensamientos, en la construcción comunitaria.

Las E son abundantes en la noción del TERRITORIO DE RESPONSABILIDAD: la Ecologìa, la Economia social, la Etica, la Espiritualidad y la Esperanza, todo ello como expresión de la militancia en la vida. Las Karen, las Nicole, los Kapurra, los Chagos o los alejandros, trabajan en Valparaiso la construcción de un Territorio de Responsabilidades Humanas. Para ellos la cultura, el arte, las comunicaciones, los obispos, son aliados de la carta.

Paso a paso va creciendo una conciencia y sobre todo, una coherencia de adhesión a la Carta.

Esto es lo novedoso en el proceso de la carta, el como se integran con ella múltiples iniciativas. Partimos con la difusión, con largas conversaciones, ahora están naciendo propuestas. Entre ellas la Multiversidad o la Escuela de Nuevos Pensamientos y de la Responsabilidad Humana que serà una escuela itinerante cuya premisa será "aprender a aprender" y comenzará a desarrollarse en Mayo próximo en varias regiones de Chile. La Carta ha llevado a crear, el Centro de Etica Indígena, la iniciativa Etica y Arte y muchas acciones más. Cada día van apareciendo pequeñas iniciativas que crecen y se fortalecen. Pero no todo es redondo también hay resistencias, dudas y rechazos. Veamos los más significativos.

De las resistencias

Las resistencias, que hemos encontrado a la Carta son mucho menos de las esperadas, domina la aprobación. Las resistencia aparecen como tensión con el tema de los derechos en sociedades en que las mayorías carecen de éstos, como desconfianza, sobre todo emanada de la idea que los empresarios quieren repartir la responsabilidad no las riquezas y por último se expresa cual es el orden actual de las responsabilidades en Chile.

Sectores de el feminismo han sido mas explícitos en la resistencia a la Carta. Lo más explicito que hemos escuchado y reproducimos ahora textualmente, es de la socióloga y profesora universitaria Teresa Lastra. A ella le solicitamos escribir una ponencia sobre las Mujeres y las Responsabilidades Humanas. Su juicio es categórico:

" Una sociedad, como la chilena, eminentemente patriarcal, hace a las mujeres responsables de la familia, de la educación, de la salud, de la memoria, de las tradiciones sociales, de la moral, etc. Por ello, para las mujeres la tarea actual es exigir y practicar sus derechos " (Diálogo de junio del 2004)

Es la opinión de un sector del feminismo que la gran responsabilidad de las mujeres es ejercer sus derechos. Esta opinión y otras nos incentivó a preparar un encuentro, un taller en que analizaremos las resistencias y esperamos esclarecer las dudas.

Como otra vertiente de las resistencias, hemos encontrado otras miradas que al leer la propuesta de la Carta insisten que en Chile la prioridad es exigir la justicia, nos reclamas que tomemos en cuenta la especificidad de nuestro país, sus características más notorias en la actualidad. Examinemos la reflexión del dramaturgo Juan Radrigan, una de las figuras éticas relevante del campo del arte y la cultura cuya mirada está impregnada por el sufrimiento en Chile producto de la represión dictatorial. El nos dijo, en una conversación muy interesante, lo siguiente:

" Nada puede alterar - pese al pesimismo que existe, a la desesperanza - la responsabilidad de encontrarlos ( se refiere a los desaparecidos). Mientras este país sea una gran tumba, donde miles busquen los cuerpos de sus muertos, nadie podrá construir una propuesta ética sin verdad y sin justicia".

Después de la conversación buscamos en los textos de Radrigan, las referencias al tema para entenderlo. Baste repetir este párrafo de MEMORIAS DEL OLVIDO, de reciente publicación,
"Este es un país inverosímil donde el amor danza con la muerte y la desgracia toca el violín, donde los muertos, no están muertos y los vivos, no están vivos".
Esta dolorosa afirmación provoca desolación, dolor, sorpresa y a veces, nerviosas sonrisas, sin embargo, mirando de frente la realidad uno se da cuenta que los muertos están vivos en la memoria de millares y millares de chilenos, que en cientos de casas hay habitaciones conservadas rigurosamente por las madres, esperando que vuelva el hijo o la hija; que muchos ancianos o ancianas, con los ojos muy abiertos y el corazón cerrado saben algo de aquél o aquélla que desapareció hace más de 20 años; que otros esperan el anuncio del regreso de algún exiliado o exiliada. Son miles y miles. Al comprobar ésto comprendemos a Juan Radrigan , vocero moral de las victimas, cuando nos dice que "No podemos ser felices, porque esa felicidad sería una afrenta para los y las torturadas, para los asesinados, pues sin castigo para los culpables, sin justicia, no habrá aquí civilización posible".
Para Juan, la gran responsabilidad de la sociedad y el Estado de Chile, es desconstruir la impunidad y construir la verdad y la justicia y la mayor de las mayores responsabilidades que tenemos, según Juan, "es traer de vuelta el amor y la confianza" a este paisito.

Como pueden apreciar, hay variadas miradas sobre la Carta. Ellas nos exigen aprender, escuchar y dialogar. Por eso José Huanca sigue orientando nuestro trabajo. El nos propuso: "vivimos bajo un diluvio, seco, de polución, de individualismo, de indiferencia, necesitamos construir una nueva ARCA, hecha de los mejores sueños, de las mas claras ideas, de las esperanzas, la carta puede ser una poderosa ARCA de papel" (Taller en Coquimbo).

Hemos aprendido un poco, hemos confirmado un solo método posible, participativo, de pares, con las dudas de Teresa, con la Confianza de los Luises, la creatividad, de los Chagos, los Kapurra, las Karen, las Nicole, las Huinaos. Con la capacidad de escuchar diversas miradas, podemos hacer que la carta sea un NUEVO PILAR, pero se necesitan equipos, se necesita aumentar nuestra coherencia. Apenas hemos abierto este diálogo, sin embargo, persistiremos en afrontar el reto.
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