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Publicado em 18 de dezembro de 2006
Traduções disponíveis em: English (original) . français .

Pacto de la Juventud

Temas fortes ligados: Educação e responsabilidade . Cultura de responsabilidade .
Temas largos ligados: Youth .

Nosotros somos los jóvenes filipinos que asistimos al Festival de la Juventud celebrado del 1 al 3 de diciembre de 2006 en Rizal, Filipinas. Después de analizar nuestra situación, especialmente en lo que se refiere a la educación, el medio ambiente, la paz y los derechos, y la identidad, decidimos proponer este Pacto de la Juventud. A partir de estas conversaciones, formulamos nuestra visión de la sociedad filipina e hicimos recomendaciones sobre lo que los jóvenes pueden hacer para ejercer sus responsabilidades como ciudadanos del país.

Nuestro potencial y nuestros recursos

La juventud filipina ha desempeñado un papel importante a la hora de forjar la historia de nuestro país. Antes de la colonización española, los jóvenes se dedicaban activamente a la caza y a la recolección de alimentos para la subsistencia de la comunidad, del mismo modo que participaban en el cuidado de los niños. Durante la época española, los jóvenes se dedicaron a construir puentes, carreteras, iglesias y otras edificaciones. A mediados de la opresión española, los jóvenes jugaron un papel importante en las diversas revueltas que se produjeron y que culminaron con la Revolución Filipina de 1896, cuyo objetivo era lograr la independencia. Los jóvenes filipinos también se situaron en primera fila para luchar por su independencia contra los colonizadores posteriores de Filipinas, que fueron americanos y japoneses. Desde aquellos tiempos hasta ahora, los jóvenes han desempeñado un importante papel para construir nuestra sociedad.

En la actualidad, reconocemos que la mayoría de los jóvenes todavía tiene que comprender cuál es su papel en la sociedad y participar activamente en los acontecimientos actuales. Sin embargo, también somos conscientes de que existen algunos jóvenes —independientes y organizados— que están participando de manera activa para resolver los problemas que afectan a la comunidad y a toda la sociedad. Ellos están ejerciendo responsabilidades y llevando a cabo trabajos de desarrollo, mediante la adopción de medidas que afectan a la educación, el medio ambiente, la paz y los derechos, y la identidad.

Después de todo, la juventud es una fuerza que tiene un gran poder y constituye el 60% de la población del país.

Desafíos que debe afrontar la juventud filipina

A pesar de nuestras contribuciones a la sociedad, debemos afrontar una serie de desafíos.

Sufrimos las consecuencias de la extensa pobreza de nuestra sociedad. Debido a ello, muchos jóvenes se ven obligados a trabajar. Muchos de nosotros somos adictos al alcohol, las drogas, los disolventes o el tabaco, entre otros malos hábitos. Aunque reconocemos las ventajas de las nuevas tecnologías, como los teléfonos móviles e internet, somos víctimas de sus efectos negativos, como la prostitución, la pornografía y la adicción a juegos en línea violentos.

También debido a la pobreza, muchos jóvenes deben abandonar los estudios y se ven privados de la educación. La educación es por tanto un privilegio y no un derecho. Muchos de nosotros nos vemos forzados a trabajar o a echarnos a la calle para subsistir.

En las escuelas públicas, la calidad de la educación es baja por la falta de medios y profesores. Esto se debe a que los fondos del gobierno son insuficientes y también a la corrupción. En las escuelas privadas, la educación se trata principalmente como un negocio y no como un servicio social, por lo que es inaccesible para la mayoría. En la asolada isla de Mindanao, las escuelas se usan para alojar a los soldados, y las clases se han tenido que interrumpir. En zonas azotadas por los desastres, las escuelas se usan como refugios para las víctimas, por lo que también se han interrumpido las clases.

Y para aquellos que consiguen finalizar los estudios superiores o algún curso de formación técnica, los trabajos disponibles son escasos, lo que provoca que muchos de nosotros seamos improductivos.

En realidad, la educación no solo debería ser responsabilidad de las escuelas. La familia, la iglesia, los medios de comunicación, el gobierno y la sociedad, en general, deben participar en la educación de los niños y los jóvenes. Aunque un número elevado de padres proporcionan apoyo emocional para la educación de sus hijos, otros no están a la altura del desafío. Muchos padres se ven obligados a abandonar el país e ir a trabajar al extranjero para dar una vida mejor a sus hijos, pero esta situación deja a los hijos sin padres. Por otro lado, están los influyentes medios de comunicación, un sector importante que se ha convertido en un instrumento para desarrollar y fomentar comportamientos poco éticos. Lo que necesitamos es que todos los sectores de la sociedad se impliquen para ofrecer unas condiciones de vida y una educación académica a niños y jóvenes.

En realidad, son muchos los jóvenes que, ya sea de forma individual o a través de una organización, se involucran en iniciativas comunitarias, sociales y medioambientales. Sin embargo, la mayoría de los jóvenes son pasivos debido a la pobreza, la falta de educación y la repercusión negativa de unos medios de comunicación de consumo.

Problemas específicos

Medio ambiente

Los jóvenes no son conscientes de la necesidad de proteger el medio ambiente. No entienden la conexión existente entre el entorno y la vida humana. Filipinas es un país rico en recursos naturales, pero nosotros —los jóvenes— no nos beneficiamos ni beneficiaremos de su abundancia. Los bosques están devastados debido a la tala de árboles, los recursos marinos se agotan debido a la pesca con dinamita y prácticas similares, y la explotación de minas daña la tierra. La polución del aire y el agua provoca problemas de salud y seguridad, lo que agrava la pobreza de la gente.

Paz y derechos

El derecho de los jóvenes a expresar, organizar y participar de forma libre en el proceso político se ve pisoteado por la vulneración de los derechos humanos. Nuestra capacidad para decidir por nosotros mismos se infravalora y obstaculiza. A nuestra temprana edad, ya hemos tenido que presenciar la cara de la violencia dentro del hogar (violencia doméstica), en las calles y en la comunidad. Especialmente, en zonas castigadas por las guerras. Aparte de esto, también sentimos la violencia fuera de nuestro país porque nuestros padres son emigrantes que trabajan en países asolados por las guerras.

Creemos que la paz duradera solo se puede lograr si los derechos individuales son respetados y prevalece la justicia social. La paz también requiere que las familias dispongan de suficientes fuentes de sustento. No solo los derechos políticos deben respetarse, sino también los derechos económicos y culturales.

Identidad, género y cultura

La juventud debe ser consciente de su identidad, su capacidad y sus conocimientos. La discriminación por motivos de sexo, cultura, religión, clase, edad y capacidad física o mental debe ser rechazada dado que puede distorsionar la identidad de los jóvenes. De hecho, la rica cultura y tradiciones de diversas grupos etnolingüísticos está siendo erosionada lentamente. Los jóvenes tampoco son comprensivos en cuanto a los aspectos de género que pueden fomentar el respeto hacia las mujeres, el reconocimiento de la igualdad de éstas y su derechos reproductivos.

Visión

Vislumbramos una sociedad donde exista la igualdad; que no deje espacio a la explotación; una sociedad que sea progresista y en la que todas las personas sean productivas; una sociedad humana donde se reconozcan los derechos y se respeten las diferencias religiosas, culturales y de género; donde todos los niños y jóvenes reciban una educación; donde no haya niños trabajadores y donde las necesidades humanas básicas —como la alimentación, la salud y la vivienda— estén cubiertas; donde las comunidades sean pacíficas y no haya violencia, abusos ni guerras; donde el entendimiento, la atención hacia los demás y la responsabilidad imperen entre las personas; donde se protejan los recursos naturales; donde haya democracia, libertad política y no exista ninguna forma de opresión; y donde la sociedad reconozca el talento, la capacidad y el potencial de los jóvenes.

Resoluciones

Como respuesta a los desafíos y con el fin de materializar nuestra visión, nos hemos unido para adquirir los siguientes compromisos:

Cometidos generales:

  1. Respetar las diferencia de cultura, religión, género y capacidad mental o física de cada uno;
  2. Adoptar una actitud crítica e implicarnos en los asuntos que afecten a nuestra comunidad y a la sociedad;
  3. Colaborar entre nosotros y con otros sectores para procurar el bienestar de los jóvenes, la comunidad y la sociedad;
  4. Utilizar nuestro aprendizaje para organizar a los jóvenes en la comunidad, las escuelas, las iglesias y otros lugares para que sean capaces de abordar los asuntos que les preocupan;
  5. Manifestar nuestras opiniones y sentimientos en el foro adecuado.

En el campo de la educación:

  1. Informar a nuestros padres y familiares y a otros jóvenes sobre los derechos de niños y jóvenes a estudiar en escuelas y a recibir una educación informal en el hogar o en la comunidad, con el fin de que puedan convertirse en ciudadanos responsables;
  2. Recolectar libros, sillas y otros materiales escolares para donarlos a las escuelas públicas, en especial, en las provincias, con el fin de respaldar la educación de los jóvenes en esa zona;
  3. Convencer a los jóvenes para que creen actividades que respalden la educación de otros jóvenes y los mantengan alejados de los malos hábitos. Estas actividades pueden incluir programas de autoaprendizaje, programas de ayuda, deportes, teatro o la colaboración con organizaciones.
  4. Instar al gobierno para que destine más fondos a la educación.

En el campo del medio ambiente:

  1. Organizar grupos de jóvenes para que se sitúen en la primera línea de la educación medioambiental;
  2. Aunar esfuerzos por medio de programas medioambientales del gobierno y de organizaciones no gubernamentales para proteger el entorno;
  3. Animar a los jóvenes a que planten árboles y participen en otras actividades medioambientales;
  4. Promover leyes que protejan el medio ambiente y enseñar a la gente los efectos negativos que tienen las formas destructivas de explotar las minas, pescar y talar árboles, así como sobre aspectos relativos al calentamiento global, y con este fin, utilizar los recursos de las escuelas, las organizaciones y los medios de comunicación.
  5. Reducir, reutilizar y reciclar.
  6. Lanzar una campaña destinada a «Salvar el mundo, nuestro hogar».

En el campo de la paz y los derechos:

  1. Divulgar información sobre los derechos humanos y denunciar cualquier violación de los derechos;
  2. Respaldar iniciativas de investigación que analicen formas de acoso y violencia;
  3. Prestar apoyo a las víctimas de la violencia mediante asistencia legal o de otro tipo;
  4. Organizar grupos para promover los derechos, las responsabilidades y la paz.

En el campo de la identidad, el género y la cultura:

  1. Conocerse y respetarse a uno mismo para que los demás le respeten;
  2. Ser consecuentes con las acciones y las palabras de uno mismo cuando se trata con otras personas;
  3. Respetar la cultura y las tradiciones de los diferentes grupos etnolingüísticos de nuestro país;
  4. Informarse sobre los derechos de salud reproductiva;
  5. Analizar problemas relativos a las mujeres y el género, y luchar por la igualdad de hombres y mujeres y el respeto a las preferencias sexuales.
  6. Estar orgullosos de nuestra cultura y tradiciones.

Conclusión

Ofrecemos nuestros conocimientos, capacidad y tiempo para que los jóvenes de diferentes partes del país se unan, con el fin de favorecer un cambio positivo y alentar el progreso de la juventud filipina.

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