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Publicado em 29 de junho de 2006
Traduções disponíveis em: français . English .

Los Evangélicos, la Etica y la responsabilidad humana

por Carlos RIVERA

Temas largos ligados: Ethics . Religion and spirituality .

Vision de protestantes en Chile

Pastores y laicos evangélicos chilenos enjuician el papel y participación de su iglesia en la sociedad actual y la responsabilidad que les cabe en ella como cristianos.

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo". El segundo mandamiento bíblico es para los cristianos la base de toda su ética; de él se desprenden una serie de consecuencias que los profesantes de la iglesia evangélica en Chile intentan aplicar en la vida cotidiana. Y reconocen que no es sencillo enfrentar las consiguientes responsabilidades individuales y colectivas, pero afirman que es un compromiso ineludible en esta época.

"Es obvio que una visión distorsionada de la Salvación (salvación del alma en desmedro del cuerpo) y de la Escatología (inminencia de la Venida de Cristo) han sido un factor determinante en la participación más activa en el escenario social por parte de la Iglesia Evangélica", señala el obispo Miguel Riquelme, cuya opinión aparece en el libro "Etica, Responsabilidad Humana y Crisis. Una visión evangélica". El texto es fruto del esfuerzo del pastor Abraham Barrera Bakit, miembro de la Red Chilena por la Responsabilidad Humana, quien reunió los comentarios, juicios y criterios de obispos, pastores y un laico de esta fe sobre tales tópicos, siguiendo el lineamiento de una extensa investigación que la Red ha diseñado para obtener la visión de académicos, dirigentes sociales, jóvenes, mujeres, sindicalistas y de variados sectores sociales.

Evolución y permanencia del pensamiento evangélico

Fruto de diversos cambios culturales, económicos y sociales, que configuraron condiciones a su favor, durante la últimas décadas, la iglesia evangélica chilena viene experimentando un sostenido aumento de profesantes en una sociedad caracterizada por su raigambre católica. Hace 50 años, los evangélicos, eran una minoría confinada a los templos a diferencia de los católicos que bajo la inspiración de la encíclicas papales, desarrollaban un fuerte compromiso social y hasta político. Los evangélicos hacían público su mensaje en las esquinas, muchas veces al viento y con efusivas exhortaciones a la conversión y al arrepentimiento que los hacía objeto de sorna en el medio social.

Hoy el cuadro es diferente gracias a una sociedad con mayor capacidad de tolerancia, más globalizada, donde el rendimiento individual concebido como éxito es premiado y elogiado. Pero ha sido la propia evolución de los evangélicos, la influencia e interrelación con las iglesias del mismo credo de otros países, la que los ha hecho constituirse cuantitativamente en la segunda congregación religiosa del país. El logro lo ha hecho sin abandonar los rasgos que la individualizan, efectuando adaptaciones en la entrega del mensaje evangélico, también porque la práctica del culto ofrece mayores facilidades en muchos aspectos a los feligreses quienes la consideran una iglesia popular y moderna.

"En sus orígenes las iglesias evangélicas estuvieron fuertemente asociadas al reconocimiento y valoración de la libertad individual, de la diversidad, del pluralismo y de la tolerancia. Sus concepciones del sacerdocio universal, de la libertad de conciencia, de la responsabilidad personal, etc., constituyeron un valioso aporte al surgimiento de las sociedades modernas. Estas mismas ideas y valores son fundamentales para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Por un lado, como valores y prácticas a promover en el conjunto de las sociedades contemporáneas, respetando, cuidando y facilitando el entendimiento y cooperación en medio de la diversidad racial, étnica, cultural, religiosa, etc. Por otro lado, entre sus propios miembros practicando internamente la tolerancia, el respeto, la responsabilidad y el encuentro entre personas que son distintas entre sí", declara el laico pentecostal Samuel Palma, Doctor en Filosofía e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, ( FLACSO-Chile). Las opiniones de Palma figuran también en el libro del pastor Barrera antes citado.

La responsabilidad evangélica

"El concepto cristiano evangélico de la responsabilidad humana depende de lo estrictamente relacionado con el carácter y las enseñanzas de Cristo", aclara el pastor Gabriel Mora. Esto se traduce en que el creyente debe "responder" ante Dios de sus acciones y omisiones . " De acuerdo con nuestras responsabilidades civiles, debemos apoyar las leyes y el orden civil. El cristiano tiene también una enorme responsabilidad con su familia, ya que ella es la unidad básica de las relaciones humanas", agrega Mora.

Una descripción aún más precisa sobre las responsabilidades prioritarias para los creyentes evangélicos es la que da el pastor Antonio Talpén : "el amor sin acepción de personas ( Mateo5:43-48 ); la sujeción y el respeto para con nuestras autoridades políticas (Romanos13-17); la preocupación y el respeto mutuo entre cónyuges (1 Pedro3:1,2,7); de los padres hacia los hijos (Lucas11:11-13) de los hijos hacia los padres ( Efesios 6:1-3) y en cuanto a responsabilidad del ecosistema que Dios creó (Génesis1:27-31) O sea, en todos los ámbitos donde se desarrolla la actividad humana"

Cuando las preguntas derivan al ámbito de los derechos humanos, el obispo Miguel Riquelme y el laico Samuel Palma, señalan un déficit al admitir que "la iglesia Evangélica no ha levantado su voz en defensa de los derechos humanos cuando han sido violentados por los gobiernos de turno u organismos estatales. debe ser más asertiva en su defensa de lo que por naturaleza y por convicción religiosa creemos".

Ambos comparten una visión realista del ser humano, capaz tanto de notable realizaciones que mejoran la vida de las personas como de generar violaciones a los derechos humanos, guerras y destruir la convivencia, el medio ambiente, calamidades para ellos surgidas al amparo de la idea de progreso, o "hechas en su nombre". Palma va más allá al afirmar que "no es posible pensar la humanidad en términos de progreso; es una expresión de soberbia, de fatuidad e ignorancia... Creo que la humanidad debe renunciar definitivamente a dicha idea, tal como ha sido construida al menos en los últimos tres siglos".

Las divergencias y matices de opinión en los entrevistados son apreciables y muy interesantes en las respuestas sobre los conceptos de humanismo cristiano, violencia, crisis, razón, moral, respecto de sí existe o no una crisis moral en la sociedad actual, y el rol que debiera jugar la Iglesia Evangélica incluso en términos políticos.
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