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Publicado el 19 de junio de 2006
Traducciones disponibles en: English (original) . ελληνικά . français . فارسى .

"VAMOS A CUIDAR DE BRASIL" - Una hazaña educativa y social única

II Conferencia Nacional Infanto Juvenil sobre la Responsabilidad para el Medio Ambiente

"A la juventud no le preocupa mucho su destino sino la esperanza."
Un profesor brasileño

Imagínese…
Implicar a 12.000 escuelas y las comunidades de su entorno, movilizando en un año a casi cuatro millones de personas para reflexionar sobre cuestiones fundamentales relativas al futuro de la humanidad y la supervivencia del planeta, organizando conferencias en algunos de los 27 estados del país y después reuniendo en la capital brasileña a 600 niños delegados de las escuelas, a 90 jóvenes animadores y a 200 adultos en una Conferencia Nacional Infanto Juvenil para proclamar "VAMOS CUIDAR DO BRASIL", "Vamos a cuidar de Brasil" .
Imagínese…: ¡los brasileños lo hicieron!

En la Conferencia Nacional, los 600 adolescentes delegados hablaron durante cuatro días sobre las propuestas que habían surgido de las discusiones mantenidas previamente en todo el país. Crearon una Carta de Responsabilidades admirable que enuncia nueve principios, acciones para ponerlos en práctica y colaboradores para realizarlos. El evento culminó en una marcha de los 1.000 participantes de la Conferencia Nacional en la que participó Marina Silva, Ministra de Medio Ambiente. Pasearon por la Avenida de los Ministerios en Brasilia, de un ancho espectacular, para llegar al Palacio Presidencial donde presentaron su Carta al Presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva durante una ceremonia que se celebró en el interior del palacio. Cuando dos niños seleccionados en la Conferencia hicieron entrega de la Carta, el Presidente, con un gesto típicamente brasileño, los abrazó. No cabía duda de que estaba emocionado. Durante su discurso admitió que estaba profundamente conmovido. Durante sus casi cuatro años en la Presidencia, había recibido a muchas delegaciones. Y durante esta ceremonia, se estaba percatando de que todas esas delegaciones siempre acudieron a pedir alguna cosa o acción. Ésta era la primera vez, según dijo, que una delegación había venido a ofrecerle algo: el compromiso de los niños brasileños de asumir la responsabilidad del país, sus gentes y su entorno natural.

Gente que piensa: Quiero que este sueño se haga realidad…
Este gran éxito es el fruto de una serie de fuerzas impulsoras positivas. En primer lugar, había gente que pensaba que cuando se quiere, se puede. Marina Silva, la carismática y visionaria Ministra de Medio Ambiente ha sido, sin lugar a dudas, el motor principal de este proceso. La señora Silva creció en una familia de siringueros en el estado de Acre, en la región de la Selva Amazónica. Está convencida de que a menos que toda la sociedad brasileña se implique en una reflexión de fondo sobre problemas medioambientales y sociales, los logros de la clase política serán limitados. Cuando comentó este tema con su hija, ella le preguntó: "¿y por qué no implicamos a los niños de Brasil?" Gracias a este comentario decidió iniciar un proceso educativo en todo el país.

En 2003 contrató a Rachel Trajber, persona de gran experiencia y dinamismo, a la que nombró Coordinadora de la Primera Conferencia Infanto Juvenil para el Medio Ambiente celebrada en 2003, al mismo tiempo que la Conferencia Nacional de adultos. Esta primera experiencia inspiró al entonces Ministro de Educación Tarso Genro a invitar a Rachel Trajber a trabajar en su Ministerio con el objetivo de establecer y coordinar el programa de educación que sería parte integrante de una iniciativa conjunta de los Ministerios de Educación y de Medio Ambiente.

Fue entonces cuando, gracias a Rachel, se hizo hincapié en la noción de Responsabilidad, ya que ella es miembro del comité brasileño de la Carta de las Responsabilidades Humanas. Así, el tono general de las discusiones sobre los problemas medioambientales y sociales que hasta entonces había sido informativo y había tratado de determinar el culpable de la situación, pasó a plantear el siguiente interrogante: ¿podemos asumir la responsabilidad de hacernos cargo de estos problemas? y, ¿cómo?

De este modo, el proceso contó con dos coordinadores excepcionales, uno de cada Ministerio, Rachel Trajber y Marcos Sorrentino, y con el apoyo de dos funcionarios excepcionales, Ricardo Henriques y Armenio Bello Schmidt.

Durante el proceso de preparación, doscientas personas se convirtieron en participantes oficiales de los diversos equipos y comisiones locales y nacionales. Teniendo en cuenta que este número no incluye a los profesores y animadores de las 12.000 escuelas, es un número impresionante. Isis de Palma, coordinadora del Comité Brasileño de la Carta de las Responsabilidades Humanas, fue un miembro importante del grupo de animadores.

En las escuelas, las Conferencias estaban abiertas a los estudiantes de todas las edades y cursos académicos, así como a los empleados de las escuelas y a la comunidad local. Sin embargo, las edades de los delegados que asistirían a la Conferencia Nacional se estableció entre los 11 y 15 años, ya que se requería un buen nivel de lectura y escritura.

No obstante, los invitados no fueron únicamente los niños de 11 a 15 años. También se seleccionaron cuatro "categorías informales" de niños más jóvenes: niños de la calle (elegidos a través de asociaciones que trabajan con ellos), niños de comunidades de antiguos esclavos ("quilombolas") y de comunidades indígenas brasileñas (de localidades que sólo tienen escuelas primarias) y niños de familias sin tierra que viven en asentamientos rurales (a través del Movimiento Sin Tierra, MST). Todos estos grupos representaban 216 comunidades brasileñas.

Para terminar, fueron invitados 19 representantes de organizaciones juveniles relacionadas con el proyecto Geo Juvenil de la UNEP en otros países de América Central y del Sur, para que ayudaran con las tareas de animación de la Conferencia. Y para inspirarse…

El proceso de preparación: paso a paso, de abajo hacia arriba
Rachel y su equipo de jóvenes más competentes empezaron por crear un documento pedagógico de trabajo que presenta la idea de la que nació esta iniciativa, los objetivos del proceso y cómo se diseñó: un proyecto de escuela y comunidad. El documento titulado Passo, a passo para a Confêrencia do Meio Ambiente na Escola (Conferencia sobre el Medio Ambiente en la escuela: Paso a Paso) explica detalladamente los cuatro temas principales en los que se basa el proceso de reflexión y educación. Los temas están relacionados con cuatro convenciones internacionales firmadas por Brasil: el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, el protocolo de Kyoto sobre el cambio climático, la Declaración de Roma sobre la seguridad alimentaria mundial y la Declaración de Durban sobre racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
El documento está muy bien diseñado y presentado con una maquetación muy vistosa. Es obvio que va más allá del clásico razonamiento "pensar a escala mundial, actuar a escala local" y propone una manera única de combinar estos dos principios simultáneamente. También señala las consecuencias para una comunidad que no se compromete a escala mundial y las consecuencias para el planeta si se hace caso omiso de las necesidades locales.

Este documento se envió a 46.000 escuelas en Brasil, invitándoles a adoptar este proyecto en el contexto escolar y participar así en un proceso nacional. 12.000 escuelas aceptaron el reto e integraron este proyecto en el temario escolar durante todo un semestre. A cada una de las escuelas participantes, se le pidió que presentaran el resultado del trabajo en la escuela y la comunidad de tres maneras distintas: 1. enunciando principios que se comprometerían a cumplir y definiendo acciones locales, 2. presentando un cartel seleccionado entre los que hicieron los niños en la escuela para expresar su interpretación de la responsabilidad con el medio ambiente y 3. eligiendo a dos niños como delegados para asistir a la Conferencia Nacional que cumplan con los criterios de liderazgo, interés en el tema y capacidad para defender las decisiones de la escuela. Esta elección se basó en la premisa “La juventud elige a la juventud”, con varios criterios de diversidad de género, tipo de escuela, discapacidad y grupo étnico.

Las Conferencias se celebraron en colegios de los 27 estados, hasta finales de 2005. En cinco de los 27 estados, también se celebraron Conferencias estatales. Fueron estas conferencias las que permitieron un diálogo y un proceso de aprendizaje realmente enriquecedores.
Además, según el principio “La juventud elige a la juventud", el movimiento juvenil de Brasil para el medio ambiente eligió a 90 jóvenes animadores para que ayudaran en la organización de la Conferencia Nacional. . Así, se celebró en la capital brasileña esta Conferencia, del 23 al 28 de abril de 2006. En ella participaron 600 jóvenes delegados, los profesores seleccionados de las 12000 escuelas y los jóvenes animadores.

Una Conferencia de trabajo serio y mucha alegría
La Conferencia Nacional empezó con una inauguración oficial en la que intervinieron la Ministra de Medio Ambiente, un alto funcionario del Ministerio de Educación y la coordinadora del Comité Internacional de la Carta de las Responsabilidades Humanas. Durante la Conferencia, el trabajo que tenían que realizar los jóvenes se organizó en talleres organizados de modo que todos los niños trataban cada uno de los cuatro temas en un momento u otro, y participaban en la redacción del texto final de su Carta de Responsabilidades que se titula: "Vamos cuidar do Brasil".
Durante la sesión final, cuatro días después, se adoptó este texto colectivo. Los 600 delegados lo leyeron en voz alta al Presidente durante la ceremonia que se celebró en el Palacio Presidencial esa misma tarde.
Pero Brasil no sería Brasil si no hubiera muchas ocasiones para cantar, bailar y estar contento.

Otro sueño…
Asistir a esta Conferencia ha sido un gran privilegio. Me invitaron a ir a Brasilia como coordinadora del Comité Internacional de la Carta de las Responsabilidades Humanas. En la sesión de clausura expresé mi admiración por esta iniciativa y por el nivel de conocimiento demostrado sobre los cuatro temas que se trabajaron. He confirmado en una carta al Presidente y a los Ministros que según tengo entendido este programa es único en el mundo y debería servir de modelo para otros países (ver apéndice). Les dije a los niños que hacía tiempo que conocía la excelente reputación de Brasil en fútbol, pero que hasta ahora no sabía que los niños brasileños son campeones mundiales de su compromiso con el futuro de su país y de su gente. Pero hubo una cosa que lamenté. Cuando dibujaron el árbol de la Carta, definieron las ramas de las responsabilidades, las hojas de las acciones y las flores de los colaboradores, se olvidaron de una categoría de colaboradores muy importante: ¡los demás niños del mundo! Brasil es un país muy grande, pero no cubre todo el planeta. Y si los niños de los demás países del mundo hicieran lo que los niños brasileños han hecho... Tras esta sugerencia se oyó el clamor de un gran aplauso.

Imagínese... Si este sueño se hiciera realidad... Una Conferencia Mundial que enuncie una Carta de Responsabilidades titulada VAMOS CUIDAR DO PLANETA! - ¡Vamos a cuidar del Planeta! Como Pierre Calame [1] observó: La idea es lo suficientemente descalabrada como para ser perfectamente realista, gracias a la manera en que se ha trazado el camino. Gracias a Brasil.
Cuando se quiere, ¡se puede!

(texto original en inglés, traducción al español de Ana Sanchez Diana)

[1] Director general de la Fundación Charles Léopold Mayer en París

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Rachel Trajber, Isis de Palma y Edith Sizoo


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