Mujeres que llevan a la práctica su comprensión de los Principios de la Carta en las elecciones del consejo local de auto-gobernanza (panchayat) par Sudha REDDY | ||
Difundir los principios de la Carta de las Responsabilidades Humanas ha demostrado ser una tarea difícil y estimulante, particularmente en la India, donde la palabra "responsabilidad" tiene distintas connotaciones. Nuestro primer desafío fue retrabajar nuestro lenguaje e incluso modificar la Carta luego de nuestras charlas con grupos de gente.
Manteniendo los principios de la Carta en el centro de la acción, se iniciaron desde septiembre una serie de estos talleres para mujeres iletradas y que saben leer, de origen rural y urbano, pertenecientes a distintas castas y religiones y que hablan distintos idiomas. Hasta ahora cerca de 300 mujeres de la ciudad de Bangalore y de sus alrededores se beneficiaron con estos programas de formación. Como era de esperarse, en los talleres se hablaban simultáneamente varias lenguas. Hemos utilizado los principios de la Carta tales como están esbozados en su presentación general, como núcleo para crear una Carta que nos hable íntimamente cuando entramos a casa y que nos siga hablando cuando salimos al mundo. Hemos considerado la Carta que proponemos como un Sutra, un hilo que une nuestros pensamientos y nuestras prácticas en la vida cotidiana, en casa y en el mundo. Debía ser pensada como una medalla de dos caras, una hoja doble faz, un lado para la casa y otro para el mundo ; esas dos caras siguen un mismo conjunto de principios, pero se expresan en lugares y niveles diferentes, responden a preocupaciones y condiciones diferentes. La diseminación de la Carta ha sido un proceso permanente que proseguimos, tratando de aprender a partir de los problemas que van apareciendo. Presentaré aquí el tipo de problemas que surgieron en la primera fase de nuestros programas mencionados anteriormente y realizados hasta ahora con 300 mujeres. Además de algunas limitaciones previsibles que trabaron un poco nuestros esfuerzos, tuvimos que superar barreras lingüísticas para comunicarnos. Cada idioma transmite una cultura específica, los significados connotativos pesan más que los denotativos y es por eso que tuvimos dificultades para comunicar el sentido exacto de los principios de la Carta a personas de idiomas y culturas variados. Por ejemplo, el sentido de la palabra “responsabilidad” no es el mismo para un “activista” que para un simple ciudadano ; para este último se trata de un término ambiguo, situado en algún lugar entre “deber” y “obligación” u otros sinónimos tales como “dharma”. Sobre todo cuando este concepto es aplicado al rol de las mujeres en las sociedades asiáticas. En cierta forma nuestra costumbre de pensar en términos de “derecho” nos hace olvidar la importancia de la “responsabilidad”. A pesar de la naturaleza ecléctica de las participantes, cada grupo con el que trabajamos nos pareció “rico” en talentos y en experiencia, con un pasado marcado de luchas, de vínculos humanos auténticos, de una historia en la que vivió conflictos religiosos, políticos, divisiones identitarias de castas, etc. Esta experiencia vivida, real en toda su amplitud, constituyó el contexto de nuestros talleres. Aquí aprendimos de qué manera gente de distintos orígenes podía identificar el alcance de los principios de la Carta, situándolos en contextos culturales y lingüísticos que les eran familiares, sin por ello alejarse del espíritu que los guía. En cuanto oyeron la primer tentativa de expresar estos principios en su propio idioma, las mujeres se lanzaron apasionadamente sobre la traducción, la mejoraron y nos la enviaron nuevamente, convencidas de haberla mejorado. De esta manera se apropiaron los principios de la Carta. Notamos que vinculaban la traducción de un principio con algo profundo en ellas – una experiencia real – , eligiendo las palabras justas, la frase, las rimas y las sonoridades aptas para formular lo que ellas denominaban la versión “correcta” de ese principio. Al expresarlos en una sintaxis y un contenido semántico agradable de pronunciar y con un fuerte potencial mnemotécnico se los apropiaban : les daban a los principios el sentido y la sonoridad que deseaban. En el transcurso de ese proceso nos dimos cuenta de que entrábamos en un movimiento inédito y apasionante, en el cual las mujeres rearticulaban o regeneraban los principios a la luz de su propia experiencia vivida. Para citar algunos ejemplos en dos lenguas hermanas : el Urdu y el Hindi. 1. Principio fue traducido por Sutra, una palabra en sánscrito que puede traducirse por aproximación como “fórmula mágica o aforismo fácil de recordar”. En Urdu, la palabra es asool. 2. “La dignidad de cada uno implica que está contribuyendo con la libertad y la dignidad de los otros” se traduce sobriamente por Izzat dekar izzat lena. (Respeten a los otros y sean respetados.) 3. “El consumo de los recursos naturales para responder a las necesidades humanas debe integrarse dentro de un proceso más amplio de educación, de protección activa y de gestión del medio ambiente” se vuelve Hamari Jarootattom ke liye prakriti/ parisar ka nuksan nahin hona chahiye, que recuerda la frase de Ghandi : “Hay suficiente como para satisfacer las necesidades de todos, pero no la avidez” 4. “En las decisiones referentes a prioridades a corto plazo hay que esforzarse por evaluar las consecuencias a largo plazo con sus riesgos e incertidumbres” se torna Aaj ki Jaroorat ko poora karne se pahale kaal ka bhi poora dhyan rakkenge (Respondiendo a las necesidades de hoy debemos pensar también en nuestro futuro.) Estos ejemplos son las traducciones de las versiones reformuladas de los principios en inglés y pueden parecer simplistas. Pero hay que subrayar que en el contexto en donde viven y funcionan las participantes cobran pleno sentido. La siguiente fase de nuestro proceso de diseminación constituyó un desafío aun más estimulante. Hemos alentado a las mujeres a que visualizaran los principios y crearan afiches, dando así un rostro o una forma a su comprensión verbal. Una primera inhibición ligada a la falta de confianza en sus talentos artísticos dejó lugar rápidamente a un irresistible impulso de imaginación creadora. Los afiches fueron realizados a partir de su comprensión de los principios, tal como se manifiesta en sus traducciones. También exploramos la posibilidad de que estas mujeres expongan los principios en las paredes de sus hogares. La presencia de esas obras creadoras podría quizás generar un marco inédito de creencias y principios de acción – un nuevo conjunto de principios maternales – para todos los miembros de la familia. Un resultado positivo de estos talleres : los afiches realizados por los participantes constituyen una base para desarrollar la Carta. Por otra parte podemos pensar en utilizarlos para confeccionar calendarios que permitan difundir y reimplantar los principios a niveles más profundos.
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