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Publicado em 13 de abril de 2007
Traduções disponíveis em: English . français .

Hacia una Asamblea Regional Ciudadana 2010


Temas largos ligados: Citizenship . Governança .

Objetivo general

Construir un pensamiento colectivo del futuro de la región, como parte del planeta, a través de un proceso que, por medio de diversos instrumentos, aumente significativamente la densidad de los intercambios, diálogos, redes, reflexiones, cooperaciones, programas y acciones conjuntas de los diversos actores sociales, culturales y políticos de Chile, Bolivia, Perú, Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela, como factor imprescindible y estructurante de un proceso de integración regional basado en valores de plena libertad y justicia social, y, a través de ellos, de toda la ciudadanía de estos 7 países, en función de su participación protagónica en dicho proceso de integracional regional.

Objetivos específicos

1) Definir:
- a) los fundamentos y objetivos del proceso,
- b) los recursos mínimos necesarios,
- c) una red organizacional de sustento, y
- d) un equipo de recursos humanos que programe sus fases y modalidades de desarrollo, las gestione y coordine.

2) Desarrollar la difusión y utilización soportes comunicacionales para el desarrollo del proceso, a través de los cuales centralizar y abrir el intercambio multilateral de saberes y prácticas, a través de:
- a) una Página web y
- b) Revistas gráficas, donde se acumulen y debatan insumos compartidos (Carta de Derechos Humanos, Carta de Responsabilidades Humanas, Declaración del Cuzco sobre la Comunidad Sudamericana de Naciones, etc.) y generen nuevos instrumentos (debates sobre Carta Social Latinoamericana, demanda marítima boliviana, TLC o ALBA, pensamiento universal y pensamiento propio, etc.).

3) Seleccionar y constituir una red de intercambios comunicacionales, reflexivos y de prácticas, a un mínimo de 300 organizaciones sociales, políticas y culturales de Chile, Bolivia, Perú, Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela, en función de un proceso multidimensional, participativo y protagónico de integración regional del Cono Sur.

4) Establecer líneas temáticas rectoras para la articulación y dinámica del proceso: diálogo por la Paz, juventud, pensamiento propio, Carta de las Responsabilidades Humanas, cultura, ecología, educación, economía, ciudadanía, migraciones, mujeres, fuerzas armadas, modelos políticos regionales, y otros que puedan ir imponiéndose en el propio desarrollo del proceso. Las cuales operen como orientaciones de un debate respecto de las exigencias y oportunidades para responder desde las propias prácticas y reflexiones a los complejos problemas, transformaciones y crisis en curso que compartimos.

5) Desarrollar diálogos -y eventualmente vínculos y articulaciones- permanentes con otras iniciativas regionales similares: Foro social, red bolivariana, etc., como parte del proceso.

6) Desarrollar una serie permanente y creciente de intercambios particulares (viajes y visitas, comunicaciones y acuerdos, etc.) bi, tri o multinacionales de actores en ámbitos específicos de su quehacer: cultural, social, político, etc., como parte del proceso.

7) Desarrollar espacios y experiencias de encuentro y cabildeo multinacional: Encuentro de Jóvenes; Preparatoria de Asamblea; Actores territoriales; y cerrar el proceso (en esta etapa) con la “Asamblea Regional de Ciudadanos/as del Cono Sur” con al menos 300 representantes de los 7 países en el año 2010.

8) Adopción por parte de la “Asamblea Regional de Ciudadanos/as del Cono Sur” de una Carta con los acuerdos sustanciales alcanzados y un Programa – agenda de objetivos y acciones conjuntas, además de planes específicos particulares a diversos niveles.

Reflexiones fundantes

Un nuevo e inédito contexto de cambios, transformaciones y crisis, en marcha en el ámbito mundial y particularmente regional en el cono sur de América Latina, genera múltiples y complejos problemas para la adecuación de las comunidades políticas, expresadas en tensiones y choques, tales como: las relaciones entre sociedad y medio ambiente, Estado y mercado, actores civiles y públicos, fenómenos de carácter regional y abordajes limitados nacionalmente, urgencias de inclusión y procesos excluyentes, entre muchos otros.

Simultáneamente, y esto es de la mayor importancia, estos fenómenos problemáticos generan las posibilidades (más aún, muchas veces lo imponen) para el surgimiento de nuevas formas de pensar y hacer, tanto política como social y culturalmente. Actores ciudadanos de diversa índole llevan adelante prácticas y reflexiones de re-creadas formas de saber y hacer sociales, que enriquecen un acumulado regional en el que conviven consensos generales con particularidades específicas.

Sin embargo, estas experiencias, sentimientos e ideas, están insuficientemente conectadas y cooperadas inter-regionalmente, particularmente en el cono sur. Todavía, las barreras políticas, sociales y culturales nacionales frenan un dialogo más fluido, logrando muchas veces imponer visiones, discursos y prácticas de segregación u oposición, reforzando antivalores y conceptos dañinos socialmente, dificultando o contrariando un proceso integrador de nuevo tipo.

Resulta, entonces, útil, necesario, e incluso urgente, desarrollar procesos que articulen y potencien estas oportunidades, al tiempo que combatan y aminoren los riesgos y bloqueos que la realidad presenta para una integración regional de nuevo tipo para el cono sur. Que aumente cuantitativa y cualitativamente los diversos vínculos de reciprocidad y cooperación inter-regional entre todos los tipos de actores civiles y públicos, alimentando el conocimiento mutuo, el intercambio de experiencias, la síntesis de saberes y reflexiones y la acción conjunta, como estímulo y sustentación, a la vez, de las tendencias a la integración regional de nuevo tipo.

Conjuntamente, se impone la participación protagónica de los pueblos en la agenda política de la integración regional. Realidades en marcha, tales como las migraciones compulsivas, los crecientes y omnipresentes flujos comunicacionales y de ideas, la trasnacionalización del consumo, de los procesos productivos y subsecuentemente del empleo, las amenazas medioambientales y de pandemias, entre muchas otras, rebasan la exclusividad de los puros actores político institucionales como agentes de la política exterior en general y de la integración regional en particular; nos convierten necesariamente a todos/as en agentes de las relaciones internacionales.

Necesitamos traducir estas realidades (objetivas) en sentidos colectivos (conciencia, subjetividad). No solo porque la política exterior está anclada a la interior, encuentra sustento y legitimidad sólo si el gobierno que la implementa tiene apoyo interno, de modo que la integración regional como política exterior y la justicia social y la inclusión al interior de cada país aparecen como mutuamente condicionadas, sino también porque una verdadera integración regional sólo es posible si la vivimos cotidianamente como práctica ciudadana, como estructura cultural del hombre y la mujer comunes, lo cual además dejará sin espacio a las agendas ocultas de los diversos poderes fácticos que sustentan –y se esconden detrás de- discursos chauvinistas y anti integradores. Para ello, construimos este proceso de “Asamblea Regional de Ciudadanos del Cono Sur”.

Encuentro preparatorio : leer el articulo "Antofagasta : el inicio del camino

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