La Carta de las responsabilidades humanas en Colombia : una strategia de fortalecimiento del poder de la sociedad civil

Lille, diciembre de 2001, el texto de una Carta de las responsabilidades humanas es presentado a 400 ciudadanos provenientes de 120 países y de 25 medios socioprofesionales en el cierre de la Asamblea Mundial organizada por la Alianza para un mundo responsable, plural y solidario. Ética, responsabilidad individual o colectiva, dignidad, paz duradera y bien común alimentan algunos de los grandes principios de la Carta. Planteada como « tercer pilar » junto a la Declaración Universal de los derechos humanos y la Carta de las Naciones Unidas, la Carta constituye un nuevo pacto social, una base ética común para la preservación de la humanidad y del planeta. Hoy el desafío es difundir el espíritu de la Carta y lograr su apropiación por parte de los ciudadanos del planeta. Es esencial verificar la pertinencia de este texto en los distintos contextos geoculturales y sectores socioprofesionales.

El CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular), institución que colabora con la Fundación Charles Léopold Mayer y que es miembro de la Alianza para un mundo responsable, plural y solidario, asume este desafío y presenta, dentro del marco del llamado a iniciativas lanzado por la Alianza, una propuesta metodológica de difusión de la Carta dentro de la sociedad colombiana. La propuesta es aprobada y el CINEP comienza con la iniciativa en abril de 2003. Diego Escobar y Claire Launay, coordinadores del proyecto, trabajan desde hace dos años en la socialización, puesta en debate, análisis y apropiación de la Carta de las responsabilidades dentro de la sociedad civil colombiana. Se unieron luego al Comité internacional de la Carta y presentan aquí un balance de sus actividades.

1. La pertinencia de la Carta en el contexto social y político colombiano

La Carta de las responsabilidades humanas cobra pleno sentido en el contexto político y social colombiano. Por un lado, abre un proceso de construcción de referentes éticos para la acción y debe ser el texto de apoyo para un nuevo diálogo de negociación para la paz en Colombia. Así pues, en la situación actual de fuerte tensión entre la sociedad civil y el Estado, puede dar origen a una mediación. Por otro lado, la Carta aporta una dimensión propositiva a la reivindicación por la defensa de los derechos humanos de las ONGs colombianas. En efecto, la noción de responsabilidad puede dar mayor credibilidad a la promoción de los derechos humanos y da una proporcionalidad clara de su aplicación. Los derechos humanos son esenciales, pero condicionados por una responsabilidad individual y colectiva.

2. Apostar a que los grupos sociales y las regiones de Colombia se apropien la Carta

Dos objetivos principales motivan nuestro accionar en Colombia:
  la apertura de un gran espacio de reflexión y de iniciativas sobre la Carta de las responsabilidades humanas, en vínculo con la sociedad civil organizada de Colombia y basado en las prácticas cotidianas de la población.
  la consolidación de una ciudadanía responsable, plural y capaz de controlar con eficacia la acción de las autoridades públicas en Colombia y en la región andina.

La difusión de la Carta en Colombia se realiza por regiones y por sectores socioprofesionales : mujeres, sindicalistas, empresarios, jóvenes, ONGs, universitarios. Se delega a una persona o institución por región para garantizar la vinculación entre los distintos grupos socioprofesionales y el equipo nacional y organizar las reuniones. Asimismo se implementaron una página web (www.colombiaresponsable.org) y una sistematización constante de nuestras actividades para facilitar la comunicación entre las distintas regiones, sectores y equipos de coordinación.

Se lanzó un primer proceso en el Valle del Cauca, en Cali (sudeste de Colombia) con un grupo de 45 mujeres provenientes de barrios populares. El mismo culminó con la redacción por parte de estas mismas mujeres de su propia Carta de las responsabilidades, tomando en cuenta sus dificultades cotidianas y su papel dentro de la sociedad colombiana. Esa Carta, ampliamente difundida, permitió conformar una red de asociaciones de la ciudad de Cali, cuyo principal objetivo es « la promoción de una ciudadanía local responsable». En Cartagena (Costa del Caribe) se coordinaron varios talleres con un grupo de jóvenes para apoyarlos en la identificación de sus responsabilidades y la redacción de una Carta. En Bogotá se constituye un colectivo de organizaciones sociales y entidades gubernamentales para difundir la Carta de las responsabilidades humanas. El objetivo es realizar una acción pedagógica de conjunto para reflexionar sobre la noción de ética e identificar las responsabilidades vinculadas con el plan de desarrollo propuesto por el alcalde de Bogotá. Otros dos procesos se lanzarán en 2005. El primero aborda la redacción de una Carta de las responsabilidades en el departamento de Antioquia, con organizaciones que trabajan junto al CINEP, tomando en cuenta aquello que los sectores y grupos sociales entienden y conciben como responsabilidad, así como también los códigos éticos de acción moral históricamente practicados. El segundo tendrá lugar en el departamento de Nariño (Sur del país), primero dentro del marco de la Escuela de derechos humanos del CINEP y luego en relación con la construcción de un laboratorio de desarrollo y paz financiado por la Unión Europea y asumido por organizaciones y entidades sociales que promueven un desarrollo sustentable, con el objeto de que éstas midan la importancia de las responsabilidades y los principios de la Carta. Por último estableceremos una línea de trabajo específica para abordar el mundo empresarial.

3) Un método « taller Carta»

Los coordinadores del proyecto Carta reflexionaron sobre un método lo suficientemente general como para poder ser aplicado en todos los grupos socioprofesionales. Está compuesto por las siguientes etapas : historia de la Carta y del proceso que la anima, descrito con diapositivas Power point, distribución del texto de la Carta. Se propone una lectura individual y luego se intercambian reacciones. La asamblea se divide luego en pequeños grupos y reflexiona de manera más profunda a partir de 3 preguntas : ¿Cuáles son los principios fundamentales que guían mi accionar como mujer, joven, sindicalista, etc.? ¿Cuáles son mis necesidades y qué responsabilidades practico para responder a las mismas? ¿Qué responsabilidades espero por parte de mis interlocutores ? Estas tres preguntas, abordadas al final de la sesión, introducen un proceso de reuniones sucesivas que deben llevar a la redacción de un texto sobre, por ejemplo, las responsabilidades de las mujeres colombianas hoy en día. Las reacciones de los participantes enriquecen nuestra reflexión y nuestro cuestionamiento sobre los métodos de difusión de la Carta. La Carta generalmente es aprobada positivamente pero se manifiestan reticencias sobre el lenguaje utilizado, su aplicación concreta en la vida cotidiana y su utilidad en la sociedad colombiana. Por eso mismo motiva una profundización del trabajo sobre la noción de responsabilidad en vínculo con el trabajo de cada uno y el desarrollo de una responsabilidad dentro de los espacios políticos de decisión locales y regionales. El carácter innovador de la Carta de las responsabilidades humanas despierta el interés de la sociedad civil colombiana. A largo plazo podría, en efecto, constituir un verdadero texto de referencia para el cambio y la paz en Colombia. Para ello es fundamental asociar nuevos actores a esta reflexión, tales como los empresarios colombianos o las autoridades locales, y garantizar una articulación permanente entre estos últimos. Por último, el método debe retrabajarse constantemente y adaptarse a las prácticas cotidianas de los actores sociales.|

Notas
página web : www.colombiaresponsable.org.
Para mayor información, ver también « Iniciativa 2005 Carta de las responsabilidades en Colombia»