Una Carta de responsabilidades de las mujeres del Valle del Cauca

Las mujeres del Valle del Cauca reunidas en la Unión de Ciudadanas de Colombia (UCC) representando a 21 municipios de este departamento somos conscientes de la necesidad de aportar y contribuir a la construcción de una sociedad más plural, responsable, solidaria e igualitaria, que pueda tramitar sus conflictos de manera pacífica, justa, equitativa y no violenta, incluyente y con perspectiva de género como eje transversal.

Después de un arduo proceso tanto individual como colectivo en la formación, el fortalecimiento y construcción de ciudadanas democráticas y participativas, presentamos nuestra Carta de Responsabilidades a la sociedad vallecaucana en general, al país y al mundo.

Con el ánimo de hacer visible nuestra voluntad individual y colectiva feminista, pacifista en los ámbitos grupal, político, social y cultural para buscar alternativas a los propios problemas que nos aquejan directa e indirectamente, y como contribución a la generación de un diálogo necesario y urgente con la sociedad civil y el gobierno. Pensamos que debemos exponer de manera responsable, honesta y clara nuestros intereses, apuestas, necesidades y compromisos en la refundación de la sociedad que tanto anhelamos.

De hecho, nuestro rol como mujeres y nuestra acción cotidiana nos señalan la vida un conjunto de responsabilidades que ejercemos de manera constante, tales como la sobrevivencia diaria, el cuidado de nuestro entorno (la familia, el empleo, el barrio, la ciudad, la economía, la salud, entre otras.) Estas responsabilidades tienen como contrapartida un poder que se ejerce con la aplicación de valores y principios éticos.

Con esta carta queremos dar a conocer los principios éticos y de acción de las mujeres de esta región del país que escogimos y priorizamos según nuestras grandes necesidades como feministas y pacifistas.

Esta es una propuesta que muestra una síntesis del complejo debate adelantado, retoma su espíritu según nuestras aspiraciones y necesidades como feministas y pacifistas. Esperamos con sororidad (hermanamiento) y agrado, el enriquecimiento de esta carta por compañeras de la región, del país y del mundo.

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